Un masaje relajante estimula la circulación sanguínea, lo que ayuda a relajar los músculos y liberar la tensión acumulada en ellos. Además de combatir la rigidez corporal, este beneficio también puede reducir el dolor de espalda y cabeza debido a la tensión.

Uno de los beneficios de un masaje relajante es que puede proporcionar un estado de profunda tranquilidad ya que reduce los niveles de la hormona cortisol en el cuerpo. Tenemos que recordar que esta hormona se libera en grandes cantidades cuando el cuerpo está bajo un gran estrés. Por eso, nada supera mejor al cansancio y al dolor que un masaje relajante.

El masaje activa el sistema circulatorio, aportando más oxígeno a todo el cuerpo. Al activar la circulación, baja la presión arterial y mejora la inflamación en las extremidades provocada por problemas vasculares como las varices. Por si fuera poco, debemos recordar que la piel se nutre de los componentes de la sangre, por lo que cuanto mejor circule la sangre por todo el cuerpo, mejor lucirá la piel. Los tejidos pueden estar más hidratados y sanos con un masaje relajante.

Se ha comprobado que después de un masaje relajante, una persona se siente renovada de adentro hacia afuera. La terapia estimula la secreción de la hormona serotonina, sustancia encargada de mantener el equilibrio emocional de las personas. Así que cuando recibas un masaje relajante, no solo te sentirás más feliz, sino que tus síntomas de ansiedad desaparecerán casi de inmediato.